Viernes, viernes de soledad, viernes lleno de pensamientos. Gimnasio, identificar cada personaje, cada actitud e incluso cada mirada. Luego, llegar a casa, pensar, bailar, escribir, leer y por supuesto reír, ¿Y reirse de qué? Pues de ti misma, de tus actitudes, de aquello que haces y luego te arrepientes, de las estupideces que haces en público y luego te pones a pensar y dices "Vaya, si que soy imbécil" pero que más da, lo hecho esta hecho y ya. Finalmente acostarse en cama y ver películas románticas toda la noche, llorar, volver a reír y soñar con que algún día cualquiera de nosotras viva una historia como esa... O aún mejor.
Sábado, el día que esperamos toda la semana y que muchas veces resulta ser nada especial, como era obvio, seguía castigada. Decidí no ir al gimnasio puesto que tenía una gran flojera y no quería observar a "las viejas sonriéndome todo el rato". Más películas románticas, realmente no me alejaba de mi laptop. Dos de la tarde, entra mi madre. Tres y media de la tarde, nos vamos a Decathlon; largas charlas, altas carcajadas, momentos especiales y finalmente peleas, con ella, con mi madre. Comprar ropa deportiva, ropa de gimnasio, licras, camisetas, bolsos, toallas para al final llenarlo todo de sudor. Llegar a casa, cenar y hablar de nuevo, con mi madre
Domingo, otra película de amor, a diferencia de las otras esta no la termine de ver, debido que era muy larga y quería dedicarme a otras cosas. Cocinar, liberar energías y como siempre plantearse nuevos objetivos para esta semana. Vuelve mi madre con una amiga, no solo de ella sino mía también, una venezolana exactamente como nosotras. Me encanta que ella venga a casa es como si por un momento estuviesemos ahí, en nuestro país, hablamos igual, tenemos las mismas palabras, nos expresamos como "siempre" y simplemente no tienes que ajustarte a otras palabras sino que sueltas a esa persona que muy dentro de tí eres o solías ser. Echar broma, sonreír, comer y compartir ideas. Ver peli, esta vez de drama.
Finalmente como siempre, la vida es un ciclo y volvemos al sitio donde empezamos, no con las mismas personas, ni tampoco con la misma actitud... Mañana es lunes.
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